Los presuntos desfalcos de Augusto Pinochet Ugarte conocidos como el caso Riggs tuvieron la bondad de informarnos siquiera de que tales tipos de dineros existían. Me pregunto ¿que porcentaje de la población siquiera sabía que existieran tales dineros reservados para ser usados a discreción de las máximas autoridades de Gobierno?
En este contexto cabe empatar los criterios con el destape producido por declaraciones de dos políticos que con cierta desesperación buscan mantener vigencia (Schaulsohn y Martner), respecto del uso por parte de los partidos de la Concertación de fondos reservados de los ministerios para financiar campañas políticas. En estas declaraciones, junto con posar de justicieros denunciando una “cultura de la corrupción” (cuando lo más probable es que se encuentren despechados), finalmente declaran que el uso de tales fondos no es ilegal, ya que por su naturaleza están destinados a ser usados a discreción de las autoridades, sin necesidad de rendir cuentas por ello… entonces, a todas luces, hay algo que no cuadra… aún con Pinochet muerto el caso Riggs no se ha cerrado, y seguramente desembocará en la confiscación de los dineros de los herederos del difunto general, y ha de ser por alguna razón que en su caso particular debe ser considerado ilegal, pero en el caso de los gobernantes de la coalición de turno es perfectamente legal. Pero más raro todavía ¿Por qué los partidos de oposición, y en particular los pinochetistas, no han hecho notar esta inexplicable inconsistencia de criterios? Es demasiado obvio como para que se les haya pasado por alto, y eso si que no cuadra.
Finalmente cabe preguntarse ¿porque no sabemos de los famosos fondos reservados? Por lo menos de cuanto dinero estamos hablando.
jueves, 21 de diciembre de 2006
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